viernes, 31 de julio de 2009
Again
Conclusion irrefutable III
La que dijimos el Viernes de TEG un lunes en el que no jugamos al TEG: bueno, me la olvidé.
jueves, 30 de julio de 2009
Viernes de TEG
martes, 28 de julio de 2009
Rosas al amanecer: Parte 1: María
El adiós.
Rojo.
Todo rojo.
—¿Qué piensas lograr? —pregunté con gritos de desesperación a la nada.
Rojo.
Todo rojo.
—Despedirme de ti —contestó la preciosa voz de un hombre que yo conocía muy bien—, un adiós...
Rojo.
Todo rojo.
—¿Es por que dije que no eras real? —entré en pánico. ¡No puede desaparecer!¡No quiero que se vaya!
Rojo.
Absolutamente todo rojo.
No me respondió.
Me espanté, ¿por qué me hacía esto? Comencé a correr en busca de él o al menos de cualquier cosa que no fuese… bueno…
Rojo.
Todo rojo.
No podía distinguir el suelo del horizonte. No había nada, solo yo… sola en ese mundo color carmesí, demasiado para mis ojos, demasiado para mí. Me detuve en seco, agitada. Mis manos. Me sorprendió que no fueran también del color de la sangre.
Pero eso cambió.
Presa del pánico vi como mis manos desaparecían el fondo rojo sin que yo pudiera hacer nada.
¿Por qué sucedía aquello? ¿Qué había hecho yo para merecer esto?
La respuesta era algo obvia pero igual no era razón para que desaparezcas, Jean Paul.
Ya nada quedaba por hacer, sólo dejar que mi cuerpo se desvaneciera en ese infierno color rojo.
Vi lo último de mi cuerpo desaparecer y mi grito de horror terminó con esa pesadilla.
Me desperté.
Sentí algo en mi regazo al despertar pero no le hice caso hasta que vi la hora, las 6.00, hora de levantarse.
Desvié mi mirada a lo que se encontraba sobre mis piernas.
Era una rosa.
Me llamó la atención ya que nadie la pudo haber dejado allí la tiré al suelo por accidente y rodó bajo mi cama, no me tomé el trabajo de levantarla, no valía la pena.
Me levanté de mi cama y me vestí rápidamente con el uniforme escolar.
Bajé las escaleras con intención de ir a desayunar pero cuando llegué a la cocina no había nadie. No me sorprendí, normalmente nadie está despierto cuando yo me levanto para ir al colegio. Fui directo a la heladera y tomé un cartón de leche y lo serví en un vaso de vidrio que estaba en la mesa antes de que yo llegara. No era una obsesionada por la limpieza así que ni siquiera me tomé el trabajo de lavarlo.
—¡Maldición! —dije al darme cuenta que la leche estaba cortada— ¡Qué asco!
Me dirigí a la puerta y, como siempre, olvidé las llaves en mi habitación
—¡Maldición! —repetí.
—¿Con que estas ahí, eh? —le dije a la mochila cuando la encontré en el rincón de la derecha—. No te me vas a escapar ahora —dije con picardía y la tomé. No solía ser muy organizada así que perdía las cosas con frecuencia.
Corrí por las escaleras y me dirigí a la puerta.
Jean Paul… Jean Paul, no te entiendo.
Hacía meses todo iba bien pero esto no es lo correcto. Es obvio que has cambiado.
Cambiado de una forma muy malévola.
Estaba caminando hacía el colegio. Ya había amanecido y mi mochila violeta colgaba de mi espalda. Extrañaba a Jean Paul, la pesadilla de esa noche era claramente un signo de que estaba enojado conmigo, probablemente no lo volvería a ver, eso era… horrible
No me dí cuanta de que estaba por cruzar una calle porque en mi mente solo había lugar para el rostro de Jean Paul, tan pálida pero con sus ojos azules profundos, hipnotizantes…
Muy hermosos...
“¡RIIIIICH!” se oyó el auto al frenar de repente frente a mí. El conductor del auto gris estaba de mal humor.
—¡Muévete! —me gritó en medio de la calle. Estaba cruzando en rojo— ¡Y la próxima vez fíjate donde caminas!
No era posible que yo cruzara en rojo. En mi vida lo había hecho. Pero ese día sí. Era como si estuviera en otro mundo, verdaderamente en las nubes. Y lo comprendí.
Jean Paul me estaba volviendo loca.
Corrí para no llegar tarde. Ni siquiera me disculpé con el hombre del auto.
—Llegaste tarde, María —me dijo la profesora Roswell—. Si llegas tarde al menos demuéstrame que estudiaste y te quitaré la falta: ¿Cuál es la capital de Mongolia, señorita Dentrán?
Todos sabíamos perfectamente que yo no había estudiado.
—¿Camberra? —le respondí aunque obviamente estaba equivocada.
—No, Ulán Bator. Estudielo mejor, Dentrán —dijo la maestra Roswel mientras los chicos de mí clase se reían.
Eso me hizo olvidar a Jean Paul.
Momentáneamente.
viernes, 24 de julio de 2009
¡Ideas, plis!
miércoles, 22 de julio de 2009
Respuesta: respuesta: nuevo record
martes, 21 de julio de 2009
Los Delirios de Edward
Celeste: Val
Violeta: Mell
Negro: Un amigo, Tom el anónimo.
Me aburro, LJane!! No te me duermas!!Me DUERMO DEMASIAD… ZZZZZZ Hagamos un juego. Así no te aburrís tanto Mi mente está dormida como yo. Solo piensa en:’Tengo sueño, muuucho sueño’ INVENTÁ ALGO YA =) zzz empezé a soñar…
En el desierto feroz el sol quemaba todo y hasta yo me estaba prendiendo fuego. Y morí. Lo supe cuando entré en el túnel negro, cuando ya no sentía nada… mas me equivocaba, un ardor en mi mano derecha no me dejaba segura acerca del tema. ¿Estaba muerta o no? El ardor… // Se oyó un rugido. Y la voz de un ángel me dijo al oído que estaba muerta - ¡No, Bella! Por favor, ¡¡No!! // Sin embargo… había demasiado dolor como para pensar en el cielo… ¡No podía estar muerta! // - ¡CARLISLE! Bella, por favor ¡resiste, mi amor! // Pero no entendía… ¿Eh? ¿En qué estaba pensando? ¡Ay! El ardor seguía creciendo y tenía la impresión de que me olvidaba algo… Pero…// ¡Puf! ¡Cuánta luz! La luz murió, pero se volvió a encender… Y logré ver al espíritu de Clístenes que me decía: ‘Estoy muerto, pero soy ricooo’ Eh?? Pero no pude completar esa idea porque Avril Lavigne me miró y me dijo: -Debes sobrevivir! Edward morirá sin ti! Pero me acordé de que en el futuro Edward me abandonó -Perdón?? -Ay!! Mi brazo quema!! Qué @#%&/* hace Belgrano acá?? –Está muerto…-Como todos nosotros en este lugar-me comunicó Pluto. –O a punto de morir dijo Avril - Sobrevive! –Qué demo…?? ¡¡Edward!! ¡¡Pará el ardor de mi brazo!! ¡AAYYY! –Concéntrate amor –me dijo una voz musical al oído- Sobrevive!!// –ME QUEMA!!!! ¡QUÉ ALGUIEN APAGUE EL FUEGO! // Escuché que alguien contenía la respiración. Supuse que era Carlisle. –La ha mordido! // Edward rugió// El bebé la ha mordido!
Las cosas se alentaron de pronto… Todo brillaba… Edward me extendía su mano pero sus dedos no alcanzaban a tocarme… Su rostro tenía una expresión de dolor tan marcado… Sus ojos estaban entrecerrados, como si estuviera llorando… Los ojos brillantes de James me miraban de lo alto y su malévola sonrisa enfriaba todo a su alrededor… Caía… Edward… Mi bebe… Edward…
Todo acabaría. Me callé ya que todo lo que dijera alteraría aún más las cosas. Suspiré.
Todo sucedió lentamente. El frío suelo de mármol rozó mi piel pero dolía, dolía mucho. El impacto era inevitable... // Las torres gemelas se caían y yo estaba en ellas… // Charlie estaba tan enojado que me castigaría por años… // El sol hería mis ojos y el calor era inevitable en Isla Esme. // Mike me odiaba…
Entonces todo dio una vuelta radical.
Edward apareció en el gimnasio y me alejó de Mike, reconfortándome en sus brazos. // Edward detuvo a los locos espíritus y metió a Avril devuelta dentro de mi cabeza. // Edward me tomó dfel brazo y me sacó de las torres gemelas sana y salva. // Edward tocó el timbre de la casa y Charlie se dio vuelta para abrir la puerta. // Edward se acurrucó a mi lado y ni el sol ni el calor importaron más. // Edward, con una maniobra angelical, me levantó del suelo con mi hijo en brazos y le cerró la boca a James // Edward, Edward, Edward // -¡Edward! –dije levantándome de la cama, lo busqué en la oscuridad. -¿Si? –Cuando lo encontré, también a sus labios, besándolo con pasión. Luego suspiré y el me envolvió con sus brazos. -Tengo una duda –me dijo, y como no le contesté, prosiguió- ¿con qué soñabas? No paraste de hablar en toda la noche. – Con nada –contesté- Solo me di cuenta que tú eres mi salvación en todos los aspectos importantes de mi vida- lo busqué, y él me devolvió el beso con fervor.
Mas… ¿Por qué tenía la panza tan hinchada?