Delirio creado en psicología luego de algún examen, vaya uno a saber de qué...
¡¡¡Otra edición de los delirios delirosos 2012!!!
-¡Hola!
No hubo respuesta.
-¿Hola?
Nada
-¡¿HOLAAA?!
¿Cómo
podía ser que no hubiera nadie en ese hospital?
Todo
parecía normal. Como todo hospital, estaba excesivamente pulcro e iluminado.
Pero estaba tital y absolutamente desierto.
-¡Necesito ayuda! ¡Jamón, mi brazo!
¡Hola!-Empezaba a entrar en pánico.
-¡Callate flaco, sos
insoportable!-mi brazo derecho se irguió sobre mi codo para “verme”. Sí, ahora
se entendía mi PÁNICO.
-OH,
DEMONIOS, ¡¿Y TU QUIÉN ERES?!-Pregunté espantado. De verdad necesitaba ayuda.
Urgentemente.
Se quedó
en silencio pero ya no podía controlarlo. Se había “desconectado”.
-¡NOOOOO! ¡Jim! ¡Jim! ¡Ven
aquí!-comencé a seguirlo.
-¡Minga, flaco! ¡Ni mi nombre
sabés!
-¿Johnatan? ¡¿Leonard?! ¡¿Boris?!
Mi brazo
corría y corría.
-¡No!
¿Dónde estás? – lo había perdido de vista.
Rayos.
Ahora estaba solo, en un hospital y con un brazo rebelde.
Los
pasillos, antiguamente blancos, se habían vuelto de colores bizarros que se
retorcían sobre sí mismos.
Me tropecé con un… ¡CON UN… PIE!
Desesperado, me revisé de pies a cabeza y me saqué
los zapatos para verificar que no fuera mío.
Pero ¡OH, DEUS! ¡ERA…. ERA… UNA
PIE! Me tiró un “beso” y me dijo, pretendiendo tranquilizarme:
-Con vos como dueño no me habría
escapado, guapo.
Este
lugar era una locura, debía salir de allí. Localicé una ventana abierta. Se me ocurrió salir por ella,
pero decidí asomarme para ver afuera y me aterroricé al ver lo que vi ¡Esto
tiene que ser una BROMA!
NO HABÍA NADA PERO HABÍA DE TODO.
Era algo
extraño, algo que nunca había visto. Eran cosas que conocía, pero se apilaban de forma bizarra haciendo un
equilibrio inexplicable sobre una superficie inexistente. Eran invisibles pero había tantos colores desconocidos.
Recordé… Recordé mi brazo perdido. Posiblemente porque lo vi apilado en aquella
transparente y colorida columna de cosas, sobre una sombrilla roja y llena de
diminutos pudines violetas y debajo de unos sombreros de colores y voz
chillones.
-¡Ven
aquí! –le grité, pero el desgraciado se escondió.
Cerré
los ojos, respiré profundo y me tiré por la ventana.
Aterricé
sobre una cama elástica hecha de vidrio y chicle. Reboté y salí volando hacia
una de las columnas, de donde me aferré de una estatua de plástico rellena de
confites. Debo admitir que era difícil con un solo brazo.
-¡Jim, maldito bastardo!
-¿Buscas un brazo de tu tamaño?-
Una mujer rubia le tendió una mano- Acompañeme al ~~ -Música de fondo- ♫ ¡¡BODY
SHOP!! ♫
♪ LARALA LARALARALÁ LA-LA ♪
W… T… F.
La mujer me arrastró, o más bien me
fue arrojando de pila en pila, no siempre con suerte ya que un par de veces
estuve al borde de caer al vacío, hasta un local sostenido, franca y
sinceramente por MILAGRO, por tres pilas de cosas inconstantes. Adentro las
paredes estaban tapizadas de cuadros, sí, CUADROS de partes del cuerpo, sí,
PARTES DEL CUERPO.
-¡Yo
quiero ese! –grité cuando vi un brazo muy genial con un tatuaje de
dragón.
-No seas
iluso, claramente era de alguien 3 cabezas más alto que tú- la rubia me regañó
entre risitas. Le puse mi peor cara de perro ante el comentario. Seguí mirando
hasta que me encontré con un frasco con un contenido rojizo que no supe
identificar pero me descompuso.
-Urgh…
eso me revolvió las tripas-exclamé mareado
-Qué
raro. Pues las tripas te revolvieron las tripas ¿Comunicación mental entre
hermanos?-preguntó curiosa la mujer- ¿Necesitas
tripas nuevas?-le ofreció el frasco
-Gracias, paso...
-¿Seguro? EL trasplante va a
cargo de la casa- me sonrió.
AllVallMell x Juby
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