Cap. I: Lo que penetra ojos
Corrí por las calles y me los encontré...
Se estaban besuqueando bajo un árbol. Me frené, aturdido.
¿Rosa? ¿Por qué?
¿Qué había hecho? ¿Cómo había podido? Casi se arrepentía... ¿Para qué demonios le había enseñado él, Negro, el nudo marinero a Amarillo -o Blanco-? Para colmo ni se había resistido a que lo atara, segurísimo de que podría desatar el nudo. Y al final, era un verdadero monstruo, no solo con las sogas. Se había ido en busca de su amada como un idiota. Él lo había hecho una vez con todas esas ideas de estúpida inocencia para que lo bajaran del cielo con una gomera. ¡Cómo había dolido!
Ese día... no había atado a su hermano, pero sí había dejado colgado a un amigo, literalmente, y había salido corriendo, también, para casi estamparse contra la espalda de Bordó. Y detrás suyo, ese pelo esmeralda. Brillando. Sus ojos no lo vieron, estaban muy ocupados admirándolo a él... No se dieron cuenta de que estaba allí, con el corazón roto, dándose cuenta de que todo había sido un engaño, nada de aquellos momentos real... Mentira sobre mentira.
Joder, qué nudo de mierda. Se le había metido algo en el ojo y no llegaba a sacárselo.
Rosa, ¿huh? ¿Ese era el nombre de la chica por la que se sacaba su hermano?
Seguía explosivo, ¿vieron? Ahora, ¿quién no se quiere unir al Fanclub Negro?
Besos ^^,
Besos ^^,
Vall...
...y Durazno ¬¬
P.D: En el próximo capítulo...
--Una lágrima... Una lágrima corría por su mejilla...--
--Algo pegajoso en mis manos me llamó la atención. Sangre. Sangre roja.--
--¿Qué iba a hacer?--
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