He encontrado el folio de las boludeces!
Y buceando en él...
Los delirios de Charles!
He de aclarar que esto salió de una clase de Historia así que no fue ningún pecado el haberlo hecho en clase y que toda la cantidad de errores, y horrores ortográficos, que hay... no son míos!
Eh, Mell, qué paso que llegaste tan tarde?
Not despertorum Je.
Jaja, a mí casi me pasa. No dormí una merda.
Despertorum of Mierda
Jajaja, se te pegó el latín? Hiciste la tarea?
What?
La tarea de Latín. El capítulo… eh… el capítulo a (incógnita xD)
Bien, no. No (French) tenía (español) idea (english)
Jaja. Hace sueño, mell. La de historia me duerme. Sueño compartido?
Hace sueño? Q’ clima es ese? ¡EMPIEZO!
Me desperté muy tarde. El sol ya había bajado. ¡Maldición, llegaba tarde! … Otra vez. Salí corriendo por la ventana. ¡Más me valía que me apurara! Con solo imaginarme su mirada me quedaba helado. Miré el reloj. ¡Las diez! ¡Mierda! Corrí, casi se puede decir que volé por encima de los jardines del Palacio y llegué a su puerta agitado.
- Llegas tarde, de nuevo.
Uy, la puta, ¡era ella! ¿Xq tenía tanta mala suerte?
Abrí la puerta y entré. Me penetró con esos ojos rojos, furiosa. La verdad es que si tuviera un cuerpo normal habría estado sudando frío pero simplemente bajé los ojos. Me disculpé en todos los idiomas que conocía.
- Ya, ya –me cortó-. ¿Lo traíste [Ejem… mucho sueño como para aplicar leyes ortográficas, gente] ? ¿o no?
- Eh, sí, mi Lady –metí las manos en los bolsillos y saqué el... ¡OH DIOS! ¡NO LO TENÍA!
- ¿Qué? –me preguntó irritada, sería mejor que lo encontrara pronto.
- Nmm… Nada, simplemente me olvidé de dónde lo tengo –comencé a buscarlo desesperadamente ¡Oh Dios! Ella se enfurecía más y más. ¡Oh dios! ¡No estaba!
- Ya… ya vuelvo –tartamudié [Ahí ya era la segunda hora. Se ve que Mell no tenía muchas ganas de aplicar las leyes ortográficas].
Me miró enloquecida por la ira.
- Charles…
- E… Espera, Mandy, por favor –se acercaba. ¡oh dios! ¡oh dios! ¡Se acercaba!
- No te salvarás esta vez, Charles –en su mirada veía la mirada de un depredador, y, esta vez, la presa era yo. ¡Oh, dios!
- ¡Espera! ¡White [Ok… Mealejo, mealejo]!
- ¿Qué, Charles? –estaba ambrienta [oO!]
- Yo…
- ¿Tú qué?
- L… Lo siento…
- ¿Qué sientes idiota? Esta era tu última oportunidad, ¡y fallaste! ¡Estúpido!
- Yo… yo… creo saber dónde está… -me arrodillé. No tenía remedio. De todas formas no podría escapar de ella. Si se decidía matarme- Por favor, por favor, déme otra oportunidad –le rogé.
- ¿Quieres otra oportunidad? Yo confié en ti, Charles ¡Me fallaste! Continuamente ¡No puedo dejarme engañar. ¡No puedo seguir esperando!
¡Mierda! Iba a tener que matarla. ¡Mi jefe se enojaría demasiado conmigo! ¿Cômo [oO! Trauma! Trauma profundo!] explicarle que peligraba mi vida? Mmm… qué da. Ya me había jodido mucho. Agarré el cuchillo que llevaba en el bolsillo.
- ¡Maldita perra! [Juaz! oO Qué insulto!] –empecé a acercarme a ella, dando navajazos; [Creo que es un punto y coma…] la muy maldita se alejaba de mí.
- ¿Qué pasa, Charles? ¿No puedes vencerme?
- No puedo alcanzar una lagartija.
Sus ojos relampaguearon Tomó el escritorio. ¡OH DIOS! ¡Me lo iba a lanzar! Salí corriendo hacia el palacio [Ale, ¿no estaba ya en el palacio?] ¡Oh dios! ¡estaba tras de mí! ¡Oh dios! ¡También llevaba una silla! ¡Oh dios! ¡También la heladera! ¿¡Qué es una heladera!?
- Sabía que no podía confiar en ti, Charles, si es tu verdadero nombre.
- ¡Callate! –una silla voló por los aires… ¿una silla?
- Apuesto a que eres de esa… ¿cómo se dice…?
- ¿Mafia? ¿Mafia… Italiana? ¿La del Padrino? … Padrino, ¿verdad? ¿Viste esa película? ¡Es genial! ¡Todos esos disparos…! ¡Y sangre! ¡oh yeah! –¡qué extraño! No dije ¡oh dios!
El escritorio cayó muy cerca de mí esta vez.
- ¡Detente! –me gritó- ¿Crees que saldrás vivo de esto? ¡Has visto demasiado! ¡Ríndete rápido! ¡Tengo hambre!
- ¡No te acerques! ¡Sé Latín! ¡Sum, es, est, sumus, estis, sunt! ¡O también puedo cantar! ¡Cupio Movere Botum! ¡Cupio Muvere Botum!
- ¡Ay! ¿Cómo pude confiar en este idiota? –el tipito seguía bailando- ¡Ya detente! ¡¡Imbécil!!
La heladera fue a parar demasiado cerca de mí esta vez. Tal vez debería dejar de jugar con ella… No, mejor no. Me estaba divirtiendo demasiado.
Se acercó por mis espaldas. ¡OH DIOS! Me agarró del pelo para atraerme hacia sí y ¡OH DIOS! Me sacó la peluca, mi cabello cayó por mi espalda.
- ¿Una mujer?
- ¡La peor! –me abalancé sobre ella.
Agarré su cabello, tirándolo y ella hizo lo mismo. ¡OH DIOS! Arrancó l otra peluca ¡que protegía mi identidad! ¡Estaba totalmente pelado! ¡Oh Dios! Mi aspecto era inconcebible. Ella me soltó con repugnancia y confusión.
- ¿Eres mujer, hombre o travesti? Decídete, amiga, o… amigo.
- Soy gay… ¿esa categoría entra? –miré sus manos- Huh… ese color ya pasó, te recomendaría leer unas cuantas revistas de moda, y… ¡por dios! ¡Cambia de estilista! ¡Ese cabello es terrible!
Huy. Tal vez me había pasado un poco con las bromas.
Se tiró sobre mí. Tenía ventaja ¡OH DIOS! ¡Ese color de uñas era espantoso! Con mi cuchillo se las arranqué [A partir de aquí, si sufres de algún tipo de problema respiratorio o cardiológico… ¡deja de leer!]
- ¿¡Qué haces, puto!? –me gritó. Acerqué mi cuchillo, aunque ella me lo trataba de quitar con sus manos sangrientas, a su cabeza. Separé de su craneo [oO!] el cuello cabelludo. Ella calló [oO! OH DIOS!!] agonizante en el suelo. La pateé para desquitarme ¡Ahora debía mentirle a mi jefe también! ¡Qué más dá [oO! Mejor empiezo a corregir tildes o voy a vomitar, dios…]! Tenía una nueva peluca. Con los ojos en blanco, Mandy tomó mi pie.
- ¡Muérete, mierda! ¡Suéltame, la puta…! –volví a patearla para que me soltara. Metí la mano en el bolsillo. Ufa, me había olvidado el encendedor
- ¡No te voy a dejar ir! ¡No muero tan fácil!
- ¡Zombi de mierda! –el cuchillo se me cayó. ¡OH DIOS! Estaba en problemas, ¿o no?
Bien, ¿qué haría con el cuerpo? ¡Oh Dios! Aún se mueve! No había traído el encendedor, ¡pero lo único que no había olvidado era el Superantirespirador 2000! ¡Qué va! Me agaché y le revisé los bolsillo. Uy, ¡qué feo gusto de colores! ¡El encendedor era fucsia, horror! Lo encendí y lo solté sobre la vampiro. Me quedé un rato viéndola morir. Una mano salió del fuego, se arrastraba mientras la oía gritar. Cablé [Juas oO!] su mano al piso con el cuchillo.
- ¡A ver si te mueres de una vez!
Me coloqué mi nueva peluca. ¡OH DIOS! Era perfecta. ¡Era mi media naranja! Tan suave, me quedaba a medida. ¡Era tan feliz! Luego iría a la peluquería por un baño de crema.
- Mamá te va a cuidar bien –prometí- No como esa perra…
¡Uy, maldición! ¡Se seguía moviendo!
- ¡Morite, ¿querés?! ¡Que voy a llegar tarde!
- Te… -le costaba hablar. ¡Más le valía!- dije que no te irías!
Su cerebro se caía de su cráneo. ¿¡Por qué no moría!? ¿Dónde estaba mi cuchillo? Comenzó a trepar por mi pierna. ¡OH DIOS! Empecé a sacudirla.
- ¡Maldito parásito! –no se soltaba.
¡OH DIOS! ¡OH DIOS! Muérete, ¡por favor! Sus ojos rojos flameaban de ira.
- Espera, Charles. No te vayas –me suplicaba. ¿Ella suplicando?- Yo… ¡SOY TU PADRE!
- ¿M… Mi… Padre? ¡Pero si eres mujer!
- No lo soy –una grave voz masculina me sorprendió- Soy un hombre, y soy tu padre.
¡Yuk! ¡Entonces la peluca no era de pelo natural de mujer! ¡ Qué asco! ¡Un segundo! ¡OH DIOS! ¿No tenía ella el poder para cambiar su vos [Oo OH DIOS!!]? ¿Qué debía hacer?
- Si eres mi padre… ¿¡dónde estuviste todos estos años!?
- Mmm… creo que haciendo el mal. Puedo demostrártelo. Iremos a casa, y te presentaré a tu madre, mi esposa.
Me condujo dos kilómetros hacia el norte. Por fin llegamos. Entré. Él o ella se dirigió hacia adentro.
- ¡Stevy! –gritó.
- ¿Stevy?
- ¿Qué sucede, cariño? –“Stevy” estaba con un delantal, y secando un plato- ¡Oh! ¡Lo trajiste! ¡Al fin, mi pequeño Charlie! –sus grandes músculos me cortaron la respiración con su fuerte abrazo.
- ¿Mamá? –dije emocionado- Hay algo que no entiendo…
- ¿Qué, mi amor? –dijo Stevy.
- Si son hombres… ¿cómo…?
- Eres adopatado.
- ¡OH DIOS!
- Lo siento –dijo mi padre.
- No, no lo sientes. ¡Me abandonaron!
- Tenemos un buen motivo ¿o no, Stevy?
- Si… mmm…
- ¡Dudan! ¡OH DIOS! ¡Lo sabía! ¡Nunca me quisieron!
- No es cierto, hijo mío. Tu padre y yo siempre quisimos lo mejor para tí [oO!].
- Entonces, ¿por qué?
- Pensamos que tal vez te avergonzarías de nosotros, por eso te entregamos para que trabajaras en el palacio; es más digno que ser nuestro hijo –admitió mi… ¿madre? Eso creo. Mmm… No. Tal vez no. Bueh, en realidad no importaba. Si no borraba las pruebas el jefe se iba a enojar conmigo así que volví a abrir el encendedor y los despedí con un movimiento de manos. Tiré el encendedor a la planta. Salí corriendo. Una vez en la calle me detuve. ¡OH DIOS! ¡Unos pasos metálicos se acercaban por la calle! ¡OH DIOS! ¡Era el jefe! ¡Qué mala suerte tenía hoy!
^^
Viene con comentarios actuales míos para indicar que las faltas ortográficas no son mías xD
Tardé siglos en terminar de subir este delirios, ¡dios!, pero al fin terminé.
En fin, ¡que lo disfruten!
Saludos,
Vall,
actual campeona
regional
del "yo no fui" xD
P.D: Ah, me olvidaba
los colores.
El rojo es Mell,
Ale el violeta
y yo el azul ^^
P.D2: Alejandra! ¬¬
Me volvés a tocar
el link y te corto
una mano!!
Hey! no se puede tomar apuntes y escribir correctamente al mismo tiempo!!
ResponderEliminarejem... como que yo no escribí todo desde "¡Estúpido!"... falta canbar los colores, Val...
Mi mamá me echó porque tenía que ir a clase de inglés a las cinco y eran... ejem... las cinco xD
ResponderEliminaryo habia escrito todo el final?? no me acuerdo! :(
ResponderEliminarSip.
ResponderEliminarYa no hay errores en los colores, mell.
Bzote!