sábado, 3 de octubre de 2009

POR FIN!!! Los Delirios de Stevy y la Fiesfta! (familia Leef)

Este delirio fue hecho por Mell y All en la biblioteca cuando teníamos que estar, supuestamente, haciendo un trabajo práctico de Francés.

All: Violeta/rosa
Mell: Rojo



Je te invito a ma fête de <>
Hora: 10 p. m.
Hasta: ? 6 :00 SIN ACLARACIÓN
Hasta: You decides! Jejejeje
Lugar: "Ma habitación", 2º piso de "Ma maison" 343, Avenida Inventada.

Por Favor no faltes, voy a estar esperándote.
Vení!! Je compte sour toi!




Era esa, 343 Inventada. No había nadie en el primer piso la casa parecía vacía y la puerta estaba abierta.
Golpeé la puerta y llamé, pero no hubo respuesta. Me asomé, y entonces escuché una voz que me dijo "Entra"
¡Qué extraño! Las luces estaban apagadas. Aunque tuviera una visión aguda, no veía nada. Pensé entonces que tenía una pantalla o un telón negro tapándome la visión, pero inmediatamente descarté esa idea, puesto que era imposible... y estúpido.
"Relájate" la oí de nuevo.
Me dí la vuelta enseguida. La voz provenía de la puerta por donde había entrado, pero allí no había nadie.
- ¿Por qué no hay luz?
Nada...
La puerta se cerró de repente y todo se hizo aún más oscuro.
- ¿Qué sucede?
Nadie respondía.
Agudicé mis sentidos.
- ¿Por qué no hay nadie? ¿Por qué no prendes la luz?
- Eso arruinaría el ambiente.
- ¿El ambiente? ¿Qué ambiente? ¿De qué hablas?
- Shh -comencé a dar vueltas- Respira hondo
Me superaba. Sentía que se acercaba a mí, pero no sabía qué hacer; jamás, en todos mis años como vampiro, me había sucedido algo así. Apareció detrás de mí y me tomó de los hombros. Me quedé petrificado con su frío contacto (SÍ, ¡¡FRÍO!!). Comenzó con una especie de masaje.
- ¿Dón... de estoy?
- En el paraíso.
Mis ojos se abrieron aún más. ¡SOCORRO!
Entonces percibí otra cosa.
- ¿Qué es eso? ¿De dónde viene esa música? ¿Y por qué es lenta?
- Creí que te gustaba la música lenta. ¿No es así, bombón?
- S... ssí... -jamás había tartamudeado en mi vida, y me sorprendió, pero sabía que había una primera vez para todo.
- Tranquilo. Sólo... déjate llevar -esto último me lo dijo al oído. Esto se estaba poniendo peligroso.
Comencé a temblar. ¿Temblar? ¿Qué era esto?
Me alejé con cuidado. ¿Por qué? Mis instintos no sabían cómo manejar la situación. ¿Por qué?
- No -volvió a sujetarme, atrapándome- No te vayas, ven aquí.
- Pero... -forcejeé. ¡No podía soltarme! ¿Qué era todo eso?- ¿No vas a matarme?
Se rió, un escalofrío corrió por mi espalda. ¡¿?!
- No -volvió a reir. Debía decirlo: ¡OH DIOS!- Algo mucho mejor...
- ¿Q...quée... esss?
- Si lo digo se perderá la magia, cariño -susurró.
¡¡SOCORRO!!
- ¿Cariño? -de repente recordé la carta- ¿No dijiste que esto sería una fiesta?
- Y lo será -¿Debía aliviarme, o estar más nervioso aún? Mi cuerpo me pedía enfáticamente que huyera- Puedes apostar que lo será.
¡PÁNICO!
- ¿Y los invitados? -hablaba en susurros del terror.
- No necesitamos invitados.
- ¿Por qué no?
- Así es más divertido...
Quería llorar. ¿Quién me mandaba a meterme allí? Me desprendí de sus brazos y fui a parar contra una pared. ¿Una ventana? ¿Dónde hay una ventana?
Ella rió.
- Lo pones más interesante... -sentí sus manos en mi pecho, presionándome contra la pared.
-Por favor, ¡ten piedad!
- No -susurró- tú ten piedad -se rió- ¡No sabes cuánto soñé con esto!
- ¡Ayuda!
- Nadie te escuchará. Sólo somos tú y yo, cielo.
- ¡Déjame en paz! ¡Déjame vivir!
- ¿Vivir? -se rió- ¡No has vivido hasta ahora!
- ¡Prefiero no hacerlo! Es decir, mi vida como no muerto no es tan mala después de todo...
- Cállate y bésame -susurró.
- ¡No! - me alejé rodando por el suelo.
- ¡Qué divertido! -se acercó hasta mi traumado cuerpo en el piso- De todas formas no escaparás -dijo en mi oído.
Quedé paralizado por el pánico ¿Qué debía hacer? Me tenía donde quería... tal vez.
Me levanté de un salto y fui contra la pared. ¡¿Dónde demonios estaba la puerta?! Pero me ganó de nuevo.
Me aferró los brazos con tanta fuerza que no podía moverlos.
- ¡Por favor! ¡Aún me quedan muchas cosas que quiero hacer!
- Ya nos encargaremos de eso, baby.
- ¡Por favor, déjame ir! ¡Haré lo que me pidas!
- Bien, te dejaré ir.
- ¿En serio? -volví a ser feliz- ¿En verdad lo harás?
- Claro, pero te pediré algo a cambio.
- ¿Q... qué? -tartamudeé
- Pronto lo sabrás...
¡¡NO!!
Me arrancó la campera de una manotazo. ¿Qué era eso? ¿Un monstruo? ¿Una ninfa? ¡¿Qué?! Hasta yo mismo me sentia insignificante al lado de ESO.
- ¿Qué haces? ¡Detente!
- ¿Por qué debería hacerlo, tigre? -me susurró al oído- Dame dos buenas razones -tragué saliva.
- Eeeehmm... Pues... ¿Porque no me he depilado hoy?
- Así me gusta más.
- ¿E... en serio? Pues entonces me he depilado hoy.
- No puedes engañarme, bonito.
Arrancó mi camisa, rompiendo todos los botones. ¡Oh Dios! ¿Qué estaba sucediendo?
Al menos tenía una musculosa debajo.
Gruñó, lo que desató en mí una seguidilla de escalofríos. Caí de rodillas al suelo, rendido, y la miré a los ojos.
- Espera un minuto -me levanté verdaderamente espantado- ¡ERES HOMBRE!
- ¿Cómo lo supiste, cielito? -Me sonrió- Mi nombre es Mandalaus, pero me dicen Mandy. ¿Por qué no me besas?
- ¡Aléjate!
- No seas así, mi amor. Vamos, acércate.
- ¡No! ¡No quiero ser un deforme! -no podía subir el techo por más que lo intentara. Debía resignarme a no tener los poderes de Spiderman.
Suicidio era lo mejor, pero... ¿con qué? Mis manos... intenté estrangularme, pero "Mandy" me detuvo.
- Te lastimarás, amor, no hagas eso.
- ¡Suéltame! ¡Quiero salir de aquí! ¡Déjame salir! ¡AYUDA! ¡ESTE TIPO ES UN ACOSADOR!
- Vamos, cariño, una vez que lo intentas no es tan malo.
- ¡No quiero intentarlo! ¡No con un hombre!
- Entonces finge que soy una chica -se puso una peluca pelirroja.
Grité de horror.
- ¡Sáquenme de aquí! ¡Dios! -era como estar en el infierno.
Llamaron a la puerta.
- Cállate -me amenazó "Mandy"- y finge normalidad.
Abrió la puerta.
- No pasa nada -dijo- Sólo estoy aquí, con mi novio...
Quienquiera que sea que hubiera podido ayudarme se fue, lo que significaba que volvíamos a estar solos. ¡Oh Dios! ¡Solos!
Al menos ahora sabía dónde estaba la puerta. Jejejejeje
- Mandy, -le dije- creo que tal vez no sería tan malo... -claro que no, podría escaparme.
- ¿Qué? -dijo entusiasmada... ¿o entusiasmado?- ¿Lo dices en serio, bebé?
- Sí, supongo -descubrí un bate de béisbol. Esto iba a ponerse interesante- Acércate...
... lo suficiente para golpearte.
- ¡Ay! ¡Al fin lo entiendes! -vino saltando de alegría.
- Sí, jejeje.
- ¿Ves? No es tan malo...
- No, claro que no... -Estaba listo, un paso más, y Mandy se iría al infierno.
Al verdadero infierno.
Hizo un intento de abrazarme , pero yo fui más rápido y lo golpeé con el bate. Su cabeza rodó por el suelo y su cuerpo cayó, inerte.
- Aha ha, aha ha, aha ha ha ha!
- Eso no se hace, Stevy.
- ¡¿Qué?!
- ¿Por qué Stevy, por qué?
- ¿Stevy?
- Es mi apodo para tí...
- ¿Me pusiste un apodo? -dije, emocionado.
- Por supuesto.
- Oh, Mandy -tomé su cabeza y volví a unirla a su cuerpo.
Entonces nos besamos profundamente.
No pude evitar lo que allí aconteció. No sé lo que me ocurrió ese día, sólo sé que algo en mí cambió, algo muy profundo. "Sólo déjate llevar" había dicho, y lo logré. Al fin era feliz.

- Y así es como conocí a tu padre -dijo Stevy.
Charlie estaba fascinado.
- Oh, yo quiero un amor así, como un cuento de hadas...
- Y lo tendrás, hijo -dijo Mandy.



En la próxima entrega...

-¿Quién eres?
- Soy Christian. ¿Y tú?
- Charlie
- ¿Quieres venir a mi casa hoy? Tú decides la hora...

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